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Leyenda del Mes
El Charro Negro
Cuenta la Historia que era un día sábado cuando todos descansaban, eran mas de las diez de la noche, y en esta casona únicamente se encontraba el Juez quien trabajaba en ocasiones hasta muy tarde y los dos veladores de la casona.
El Juez se encontraba en su oficina trabajando cuando de repente escucho que alguien abría su puerta, pregunto que quien estaba ahí pero nadie contesto, una segunda ves escucho nuevamente que jalaban la puerta de su oficina y molesto se levanto para ver quien vacilaba pero no había nadie, le llamo a los veladores y los dos salieron asomándose por el patio en la planta baja del edificio les ordeno que buscaran quien estaba en la casona pero no encontraron absolutamente a nadie.
El Juez regreso a trabajar cerrando muy bien su puerta, pero en esta tercera ocasión vio como alguien con fuerza trataba de abrir la puerta y sobresaltado se acerco y abrió la puerta con cuidado pero nuevamente se encontraba totalmente solo. Decidió retirarse debido a un compromiso que lo apresuraba.
Los vigilantes extrañados por lo sucedido subieron a una habitación que tenia balcón hacia el patio principal donde se encuentra la fuente. Ahí estuvieron comentando mientras bebían un refresco, de repente frente a ellos se apareció un charro vestido de negro con aplicaciones en plata. Quien les dijo que lo siguieran al balcón, estos así lo hicieron, una vez ahí les señalo la pila de agua diciéndoles que debajo de esta había una viga que atravesaba todo su diámetro ya que abajo estaba un pozo seco, que en su interior guardaba oro, que fueran y lo sacaran para hacer buen uso y provecho de este y con esto el podría descansar en paz.
Los vigilantes quedaron atónitos ante tal confesión , pero pronto sintieron pavor cuando se dieron cuenta que el charro tenía pies de fuego, lo que provoco que aquellos salieran corriendo del edificio para jamás volver, como si los persiguiera el mismo dueño del averno.
Cuenta la Historia que era un día sábado cuando todos descansaban, eran mas de las diez de la noche, y en esta casona únicamente se encontraba el Juez quien trabajaba en ocasiones hasta muy tarde y los dos veladores de la casona.
El Juez se encontraba en su oficina trabajando cuando de repente escucho que alguien abría su puerta, pregunto que quien estaba ahí pero nadie contesto, una segunda ves escucho nuevamente que jalaban la puerta de su oficina y molesto se levanto para ver quien vacilaba pero no había nadie, le llamo a los veladores y los dos salieron asomándose por el patio en la planta baja del edificio les ordeno que buscaran quien estaba en la casona pero no encontraron absolutamente a nadie.
El Juez regreso a trabajar cerrando muy bien su puerta, pero en esta tercera ocasión vio como alguien con fuerza trataba de abrir la puerta y sobresaltado se acerco y abrió la puerta con cuidado pero nuevamente se encontraba totalmente solo. Decidió retirarse debido a un compromiso que lo apresuraba.
Los vigilantes extrañados por lo sucedido subieron a una habitación que tenia balcón hacia el patio principal donde se encuentra la fuente. Ahí estuvieron comentando mientras bebían un refresco, de repente frente a ellos se apareció un charro vestido de negro con aplicaciones en plata. Quien les dijo que lo siguieran al balcón, estos así lo hicieron, una vez ahí les señalo la pila de agua diciéndoles que debajo de esta había una viga que atravesaba todo su diámetro ya que abajo estaba un pozo seco, que en su interior guardaba oro, que fueran y lo sacaran para hacer buen uso y provecho de este y con esto el podría descansar en paz.
Los vigilantes quedaron atónitos ante tal confesión , pero pronto sintieron pavor cuando se dieron cuenta que el charro tenía pies de fuego, lo que provoco que aquellos salieran corriendo del edificio para jamás volver, como si los persiguiera el mismo dueño del averno.
Curiosidad
En el kilómetro cuatro de la carretera Querétaro – Huimilpan en un tramo aproximado de trescientos metros de la pendiente sucede que los objetos redondos al ser colocados sobre la carpeta asfáltica en vez de bajar suben e inclusive los automóviles o camiones de gran peso al dejarlos en punto muerto caminan hacia atrás o sea en sentido inverso de la cuesta.